El BCRA subió la tasa al 6,2% y sigue por debajo del ritmo de la devaluación

Actualidad 16 de septiembre de 2022 Por ECV
La autoridad reacomodó nuevamente el tipo de interés, que quedó por encima del 107% anual. En lo que va del año, todos los meses terminaron con niveles negativos en términos reales, contrario a lo que pauta el acuerdo con el FMI
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Por Mariano Cuparo Ortiz

El BCRA subió la tasa, aunque volvió a quedar atrasada con respecto al ritmo de la devaluación del tipo de cambio y también en comparación con la inflación. En concreto, dejó una mensual de 6,2%, tanto para las Leliq que suscriben los bancos como para los plazos fijos de hasta $10 millones. Ese número está por debajo de la inflación del 7% de agosto y, en el mejor de los casos, empata con el 6,2% que esperaba el mercado hasta hace un mes para el IPC de septiembre. Pero, más importante aun, está por debajo del 6,5% del ritmo de este mes en el crawling peg del dólar mayorista. Ahí está la clave: si algo busca la autoridad monetaria, con la suba de la tasa, es competirle al dólar en la consideración de los ahorristas y también en la de los exportadores no sojeros, que por ahora siguen incentivados a financiarse en pesos y no vender al exterior hasta obtener un mejor precio.

 

En concreto, la autoridad monetaria subió la Tasa Nominal Anual (TNA) de las Leliq a 28 días (es decir, la de política monetaria) y también la de los plazos fijos, desde el 69,5% que venía ofreciendo hasta una del 75%. La TNA permite estimar fácilmente cuál es el tipo de interés mensual, que ahora pasó a ubicarse en 6,2%, por debajo del ritmo de devaluación y de la última inflación publicada por el Indec.

 

En cambio, la Tasa Efectiva Anual (TEA), que permite proyectar cuánto ofrecería un plazo fijo o una Leliq sostenida en el tiempo, durante doce meses, ya que ese cálculo va acumulando intereses, pasó a ser de 107%. Finalmente se verificó en los instrumentos de la autoridad monetaria, entonces, un tipo de interés por encima del 100%. Eso sí: cabe destacar que es extraño pensar en una colocación tan a largo plazo. Pero ahí la comparación ya es más halagüeña y muestra que la tasa está por encima de la inflación proyectada por el mercado para los próximos doce meses, en 89,9%.

 

En el corto plazo, la tasa no dejó de perder nunca contra el IPC en lo que va del año y no parece que septiembre vaya a ser una excepción. En rigor, el tipo de interés saltó al 3,3% mensual durante los primeros días de enero y la inflación fue de 3,9% en ese mes, lo que implicó una contracción real de 0,6% en los ahorros de los depositantes. En febrero subió al 3,5% mensual, lo que significó una baja de 1,1% real frente a una inflación de 4,7%. En marzo trepó a 3,7%, pero la inflación hizo pico en 6,7% y el deterioro real fue de 2,8%. En abril aumentó al 3,9%, con un IPC de 6% y, por ende, una reducción real de 2%. En mayo se incrementó al 4% y los precios estuvieron en 5,1%, lo que marcó un ajuste real de 1%. Para junio, con una nueva tasa de 4,4% y con una inflación de 5,3%, se confirmó la sexta caída real al hilo, de 0,9%. Un semestre a la baja.

 

En julio, con una inflación de 7,4%, la tasa se elevó a 4,3% mensual y, por ende, cayó un 2,9% real. En agosto, con un IPC en 7% y un 5,7% de tasa, la baja fue de 1,2% real. La proyección para septiembre no es muy promisoria. El Relevamiento de Expectativas de Mercado (REM) del BCRA apuntaba a un 6,2%, pero el 7% de agosto (por arriba de lo esperado) promete un impulso para las proyecciones. El dólar en una devaluación mensual de 6,5%, de hecho, parece ponerle un piso.

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ECV

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