Antes de las medidas, la recaudación empeoró y cayó casi 5% real

Por Mariano Cuparo Ortiz
La recaudación tributaria cayó casi un 5% real anual en julio. La dinámica complica un poco más los números fiscales de cara a la posibilidad de cumplir las metas acordadas con el FMI, y ahora confirmadas, que plantean la obligación de alcanzar un rojo primario de 1,9%, cuando en el primer semestre ya se registró un déficit de 1,1%. Para lo que viene, sin embargo, se espera que las medidas impositivas empiecen a generar un shock de recaudación a partir de agosto que puede llegar al 0,5% del PBI hasta fin de año. Ya sin dólar soja, la sequía volvió a golpear de lleno a los ingresos del fisco en julio: los derechos de exportación sufrieron una contracción extraordinaria de 43,5%, incluso en términos nominales, lo que representó una baja real del orden del 73,7%.
La Afip publicó los números correspondientes a julio, que mostraron una recaudación total de $3,5 billones, casi idéntica a la del mes anterior, pese a la inflación de 7% que las consultoras proyectan para el séptimo mes del año. En la comparación interanual significó una suba de 104,6% en términos nominales, lo que en realidad representó una fuerte caída real de alrededor de 4,7% ya que, con esa proyección para el IPC del mes pasado, la interanual de los precios cerraría en torno del 114,7%, en la que sería la primera desaceleración registrada para ese indicador desde enero de 2022.
Las retenciones siguieron marcando una fuerte diferencia y desde la AFIP explicaron el porqué de esa contracción tan abultada, incluso nominal pero aun más profunda en términos reales: "La variación negativa se explica principalmente por el efecto de la sequía y por la disminución de los precios de la mayoría de los productos tanto del complejo sojero y como del cerealero frente al año anterior".
El IVA, en cambio, siguió mostrando un buen desempeño: en su variante DGI, que es un buen indicador de los niveles de consumo del mes anterior (es decir, de junio), anotó un crecimiento nominal de 155,9%, lo que implicó un salto real de 19,2% anual; mientras que Ganancias, el otro gran tributo que tracciona con fuerza mes a mes, subió solo 77,1% interanual, lo que significó una baja real de 17,5%. Los ingresos de la seguridad social mostraron una suba de 127,2% nominal, lo que implicó un aumento de 5,8% real. Desde la AFIP remarcaron en forma de explicación: "El total de puestos de trabajo aumentó interanualmente un 3,6%, mientras que la remuneración bruta promedio alcanzó un incremento interanual de 119,1%".
Con todo, la recaudación tributaria volvió a caer en términos reales interanuales y así el 2023 sigue invicto: puras contracciones. De esa forma se explica, principalmente (aunque para el FMI hubo deslices desde el lado del gasto) el 1,1% de rojo primario del primer semestre, que difícilmente logre torcerse en julio. Desde agosto, sí, la expectativa es que las nuevas medidas tengan un impacto positivo.
Desde la consultora Equilibra señalaron: "Las reciente medidas del Gobierno incrementarían los ingresos fiscales 0,4 punto del PBI y el resultado fiscal primario terminaría el año en niveles similares a los de 2022 (2,4% del PBI). Este resultado es peor que el acordado con el FMI (1,9% del PBI), pero la diferencia estará explicada por la sequía. Pero, si estos ingresos se recuperan el año entrante, se podría cumplir la meta de 0,9% del PBI".
Con cierta coincidencia, desde LCG remarcaron: "Esperamos que los tributos asociados tanto a la actividad interna (DGI) como a la externa (DGA) crezcan por debajo de la inflación. Desde agosto empezará a pesar la extensión del impuesto PAIS a las importaciones, lo que estimamos significará recursos extras por un mínimo de 0,5% del PBI". "Esto le permitirá al Tesoro cubrir buena parte de lo que resignó por la baja de derechos de exportación como consecuencia de la sequía", completaron.
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